Todos los que traen la droga aquí no son drogadictos, esos (capiralos) que vienen con la droga, esos son gente a ganar dinero. Y como tiene mucho tiro pues lo traen en barcos lo que pillan. Si la droga estuviera libre en la farmacia y no pudieran ya esa gente no traería droga. Algunos querrían pero la mayoría se quitarían porque ya no tendría objeto eso. Y eso pasaba con el tabaco, me acuerdo que - ¿Y qué es lo que traías, tabaco? Traías de todo ¿no? Que no solo tabaco, ¿no? Era de todo, para la tienda era ¿o no? O era para cambiar- Sí, para venderlo era. Normalmente eran unas pastillas de tabaco que venían así. Había una muy famosa que la hacían en el cubanico. Pues llegábamos allí a Algeciras ¡A Algeciras! (…) ¿Y tú qué tenías, 9 años, eso eras tú con 9 años? No ¿o diez? No, más grande. No, yo ya tenía 10 o 12 años. ¡Ya ves, qué lástima! Jajaja 1º de ESO. Y nos poníamos unas chaquetijas anchas, nos poníamos las pastillas para traerlas sin que los pillara la policía, nos atábamos a alguna de esas y luego dejábamos la camisa caer y si entraba la guardia civil en el tren o lo que fuera que no… no nos hagan na’. Y así las traíamos. Pero es que el tabaco con ya… ya yo 15 años o 14 o 15 años el tabaco aquí arriba en la esa, allí había un fielato y ahí había siempre una pareja, entonces si venían de los pueblos y traían un conejo tenían que pagar y si traían… tenían que pagar. Entonces nosotros nos veníamos en el tren hasta Alborote. En Alborote, desde Alborote íbamos a donde ahora vive el tito Pablo, por ahí. Por ahí, nos dábamos ahí hasta esos pueblecillos que se dedicaban al tabaco na’ más. Entonces comprábamos el tabaco en las manillas esas que tienen esas, les quitábamos las hojas, los garrotes los tirábamos y las hojas las metíamos en un saco y las aplastábamos, las mojábamos un poquillo y las aplastábamos. Y por ahí nos íbamos otra vez hasta Alborote y allí en Alborote cogíamos el tren. Pero no nos podíamos montar en los coches porque la policía estaba siempre, la guardia civil y el tren siempre vigilando. Entonces como conocía mi padre, que en paz descanse, conocía a muchos maquinistas, pues cuando llegábamos a Alborote miraba quién era el maquinista y si era conocido “¡mira, que vamos! Venga” echábamos el saquillo, lo metía allí tras el carbón y hala pa’ allá, así lo llevábamos. ¿Tu padre y tú? Y mi primo, mi primo… mi primo Antonio. (¿?)…. desde Alborote allí a… ¿andando? A Puchil, andando, que (¿?) Había un rato andando. Y el tabaco lo mismo, el tabaco es que era… no… ya cuando lo pusieron libre, ya se acabó el estraperlo. Y… íbamos para Jaén, llevábamos trigo, llevábamos y… lo cambiábamos por (¿3:23??). ¿Pero por qué tenías que hacer lo del estraperlo? Todo eso lo del trapicheo, lo de (¿??) a Almería